- ¿Te ocurre pensar de golpe en cosas completamente ajenas a lo que estabas pensando?
- Completamente ajenas es una hipótesis de trabajo y nada más - dice Xavier.
- Me siento bastante raro estos días. Deberías darme alguna cosa, una especie de ojetivador.
- ¿De ojetivador? - dice Xavier -. Eso no existe, viejo.
- Pienso demasiado en mí mismo - dice Pierre -. Es idiota.
- ¿Y Michèle, no te obetiva?
- Precisamente, ayer me ocurrió que...
Se oye hablar, ve a Xavier que lo está viendo, ve la imagen de Xavier en un espejo, la nuca de Xavier, se ve a sí mismo hablando para Xavier (...), y de cuando en cuando asiste al movimiento de cabeza de Xavier, el gesto profesional tan ridículo cuando no se está en un consultorio y el médico no tiene puesto el guardapolvo que lo sitúa en otro plano y le confere otras potestades.
Cortázar, "Las armas secretas"